El fútbol no está siendo justo con el Miguelturreño esta temporada. El conjunto churriego se enfrentó en la tarde-noche de este miércoles al Torrijos, equipo de la parte alta de la clasificación que está llamado a luchar por los play-off de ascenso. Un partido que correspondía a la jornada 21 y que, en su momento, tuvo que aplazarse debido al coronavirus.
Así, el Miguelturreño salía mordiendo desde el inicio del partido, en un encuentro con muchos choques y poco fútbol. Martín, el delantero argentino recién llegado al equipo y que estaba viviendo su debut, se llevó el primer golpe nada más comenzar el partido, lo que le hizo jugar con el tobillo hinchado hasta el minuto 60, cuando fue sustituido. Por su parte, Fernando se iba a cargar con una tarjeta amarilla por una protesta en los primeros minutos, algo que a posteriori sería muy importante.

El colegiado anulaba un gol del Torrijos en la primera mitad. Aunque el árbitro principal dio gol, el juez de línea le avisó para que lo anulara por una mano en el control del jugador visitante. Valiente el árbitro asistente indicando la infracción y no moviéndose hasta que el colegiado modificaba su decisión.
Pero justo antes del descanso, Fernando iba a ver la segunda tarjeta amarilla por un manotazo en la cara de un rival cuando ambos disputaban el balón. Jarro de agua fría para el Miguelturreño, que tras plantarle cara al Torrijos durante toda la primera mitad veía cómo el partido se le ponía cuesta arriba justo antes del descanso. Le tocaba a Rojas recomponer el equipo, por lo que dio entrada a Juan Mora por Rodrigo Lancha, dejando una defensa de cuatro en lugar de los tres centrales del once inicial.

Tras la reanudación, en el minuto 55, el capitán visitante, Acuña, veía también la segunda amarilla y se marchaba al vestuario antes de tiempo. De nuevo se igualaban las fuerzas. Poco después José Vicente Rojas movía ficha y daba entrada a dos de los fichajes invernales: Banta y Jomi. Dos jugadores ofensivos de refresco con mucha velocidad, con la intención de salir a la contra y aprovechar alguna ocasión para llevarse el partido. Valiente Rojas.
Se lo comenzó a creer el Miguelturreño, que veía cómo pasaban los minutos y no solo continuaba el empate en el marcador, sino que el equipo gozó de varias llegadas. En dos de ellas, los jugadores del Reño caían derribados al borde del área, pero el árbitro decidía no señalar nada. En otra de estas ocasiones, el tiro de Juan Mora se marchaba fuera por poco.

Casta y coraje del Miguelturreño en defensa, aguantando los arreones del Torrijos por ambas bandas. Pero en el último suspiro y de la forma más cruel llegó el tanto visitante. En un balón dividido que Víctor no conseguía robar, la pelota le terminaba llegando a Diego Prado en la banda izquierda. Su centro se paseaba por el área pequeña sin encontrar rematador. Pero el mal despeje de Jomi dejaba el balón muerto en el área chica, balón que aprovechaba Pedropa para marcar y desatar la locura en el banquillo visitante.
Una derrota muy dolorosa por la forma en la que llegó, a pesar de que el Miguelturreño una vez más compitió hasta el último minuto y no se desconectó del partido en ningún momento. Pero en el fútbol son muy importantes los estados de ánimo, las dinámicas, las rachas… El fútbol le empieza a deber muchas al Reño.