Durante la madrugada del sábado al domingo 27 de octubre termina el horario de verano y empieza el de invierno. Por lo tanto, a las 03 horas serán las 02 horas, lo que implica que el día tendrá realmente una hora más. El cambio de hora de verano a invierno se produce el último domingo de octubre en toda Europa, de acuerdo a la Directiva Comunitaria del Cambio de Hora, que es de obligado cumplimiento con el objetivo de lograr un ahorro energético, aunque esto podría cambiar, ya que la Comisión Europea ha propuesto eliminarlo-
Esta costumbre de atrasar el reloj en hora en invierno y adelantarlo en verano se empezó a usar de forma generalizada en 1974 para poder aprovechar mejor la luz del sol (y consumir menos electricidad) tras la primera crisis del petróleo. La Directiva Europea que rige el denominado «Cambio de hora» fija que el horario de verano comienza en el último domingo del mes de marzo y que termina el último domingo de octubre.
De este modo, a partir de este domingo se recupera la que se considera hora oficial en España, que es ir una hora por delante del tiempo que marca el meridiano de Greenwich (Greenwich Mean Time GMT). Si tienes marcada en el móvil la pestaña «Zona horaria automática», algo que suele estar por defecto, el cambio de horario se hará de forma automática. El ordenador u otros sistemas ya lo hacen automáticamente, por lo que no hay que preocuparse de ello. Evidentemente, todo reloj tradicional de pared o muñeca será necesario actualizarlo.
Esta medida no solo se adopta en España, sino que se lleva a cabo en unos 70 países en todo el mundo. Japón es el único país industrializado que no se ha adaptado aún a esta normativa. En concreto, se aplica en todos los países de Europa, América del Sur, África y en algunas zonas de Estados Unidos y Canadá.
Para minimizar lo máximo posible el leve desarreglo que el cambio horario puede causar, los expertos recomiendan modificar poco a poco el horario de las comidas, ir estableciendo un ritmo regular a la hora de dormir y levantarse, o no directamente no echarse la siesta el domingo.