El Carnaval de Miguelturra, declarado de Interés Turístico Nacional, continuó con su tradicional Entierro de la Sardina. Como cada Miércoles de Ceniza, la localidad celebró esta festividad en la que Don Carnal cedió el protagonismo a Doña Cuaresma, marcando el ecuador de las fiestas de carnestolendas. La Peña La Cabra, pionera y única en mantener esta tradición desde su fundación el 3 de marzo de 1981, organizó una vez más el evento que, desde hace 44 años, representa el momento de mayor duelo y osadía por la irreparable pérdida de la sardina.
A partir de las cinco de la tarde, el cortejo fúnebre se reunió en las inmediaciones del Bar Ganadero. Entre los presentes, destacaron la concejala de Cultura y Festejos, Carmen María Mohíno; el Rey del Carnaval y presidente de la Peña La Cabra, Serafín Delgado; así como las Máscaras Mayores de 2025, Berna y Esther Martínez, y las del año anterior, Rafael Gómez y María Luisa Ocaña. Todos ellos, vestidos de riguroso luto, estuvieron acompañados por el representante de la Asociación de Peñas del Carnaval de Miguelturra, Raúl Domínguez, y numerosos vecinos de la localidad que, entre llantos y sonrisas, despidieron a Doña Sardina en su viaje sin retorno hacia la explanada de la calle Rodeo.
El mal tiempo no impidió que el cortejo avanzara con solemnidad, acompañado por dos charangas, El Alhiguí y El Bufón, que amenizaron la marcha con su música festiva. Una versión más pequeña de la sardina, a modo de pelele, fue manteada por cuatro chicas en un acto que combinó risas, llantos y el inconfundible espíritu del carnaval miguelturreño.

Finalmente, en la explanada de la calle Rodeo, en la esquina con la calle El Ramo, se procedió a la quema de la sardina ante el compungimiento de los asistentes. Con este simbólico acto se puso fin al duelo, dando paso a la tradicional degustación de sardinas, en un ambiente de convivencia y celebración que, una vez más, demostró el arraigo y la pasión de Miguelturra por su carnaval.