El CD Miguelturreño celebró el pasado viernes la Gala de su 50 aniversario. Un acto que reunió a instituciones, empresas, jugadores y aficionados en una noche cargada de emoción y recuerdos. Medio siglo de historia que se puso en valor en un evento histórico para el club churriego.
Durante la gala se rindió homenaje a los fundadores del Miguelturreño, quienes hicieron posible que la pasión blanquiazul siga viva hoy en día: León Carrascosa, García Delgado, Peco Sánchez, Arévalo Céspedes, Antequera López, Mora Corral, Castellanos Céspedes, Barahona Muñoz, Rivas Gallego, Jurado Arévalo, Arenas Ramírez y Barba Rodero. Muchos de ellos ya no están presentes, pero el recuerdo de su legado sigue latiendo cada domingo.

También se reconoció a todos los jugadores que han vestido la camiseta del Reño, a las instituciones que han mostrado su apoyo constante —Ayuntamiento de Miguelturra, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Diputación de Ciudad Real—, así como a las empresas colaboradoras, que con su confianza impulsan al club a seguir creciendo.
Uno de los momentos más emotivos de la velada fue el reconocimiento a José Ángel Cañas, el aficionado más fiel del CD Miguelturreño, que subió emocionado al escenario entre los aplausos de todos los presentes. También recibieron un homenaje José Vicente Rojas y Casto Javier Sánchez, por su dedicación hacia el Reño durante tantos y tantos años, Jesús Rivas, por su trabajo desinteresado con el club en estas últimas etapas, y Fran Sánchez, periodista y director de este diario, por su labor de difusión del Reño en los medios de comunicación locales.

La velada estuvo amenizada con las actuaciones del grupo de baile flamenco local ‘Taconarte’y del violinista Adrián Romero, que interpretó varias piezas clásicas. El broche de oro lo puso la interpretación del himno conmemorativo del 50 aniversario, compuesto por José Vicente Romero Camacho, que fue coreado con orgullo por todos los asistentes.
De esta forma, el Miguelturreño sigue haciendo historia, con la vista puesta en el futuro pero sin olvidar nunca sus raíces.
