La Junta Local de Seguridad, reunida este viernes 6 de agosto de 2021 en Miguelturra, bajo la presidencia del alcalde accidental Diego Rodríguez Tercero, y el secretario general de la Subdelegación del Gobierno, José Antonio Nuevo, ha acordado establecer controles de acceso los fines de semana para impedir que puedan subir vehículos a motor al paraje de la Sierra de San Isidro y la realización de botellones.
En esta reunión, también estuvieron presentes el concejal de Seguridad Ciudadana, Pedro Mellado; miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el jefe de la Policía local, Antonio Corral; Protección Civil, los delegados provinciales de Sanidad, Francisco Javier Sánchez, y Hacienda y Administraciones Públicas, Francisco Pérez Alonso, como representantes del Gobierno regional, y técnicos municipales.
Sobre la mesa se puso la preocupación del Gobierno municipal por las reuniones multitudinarias de jóvenes consumiendo bebidas alcohólicas de las que se ha tenido conocimiento recientemente y que han supuesto el incumplimiento de las normas sanitarias, el aumento de los contagios por Covid-19 en la localidad, además de afectar a la tranquilidad de los vecinos y vecinas y al propio mobiliario urbano de la Sierra de San Isidro, pulmón verde de Miguelturra, y en el que se han producido desperfectos que ya han superado los 10.000 euros.
Las prohibiciones de paso y permanencia de vehículos a motor tendrán lugar los viernes, sábados, domingos y vísperas de festivos entre las 22h y las 6h del día siguiente. Los caminos se cortarán y sólo se permitirá el paso a propietarios, senderistas, ciclistas, corredores y vehículos autorizados. Todas estas restricciones, recogidas en un bando emitido por alcaldía, se prolongarán hasta el próximo 15 de septiembre.
Los miembros de la Junta Local de Seguridad han hecho un llamamiento a la juventud tanto de Miguelturra como de los pueblos aledaños para que actúen con prudencia y se abstengan de llevar a cabo este tipo de comportamientos en los que se pone en riesgo su salud, la de sus familiares y allegados, además de la seguridad del paraje, pues se pueden producir incendios con el consiguiente riesgo para la población y destrucción de uno de los lugares emblemáticos y más queridos.