El Carnaval ha terminado, pero estos 10 días han dejado muchas reflexiones. Una de ellas la hacía Rita Gómez, joven vecina de Miguelturra que en sus redes sociales compartía este lunes un comentario sobre el Carnaval churriego, sobre sus tradiciones y sobre cómo los jóvenes, aunque muchos digan lo contrario, están luchando por mantenerlas y fomentarlas. Así, a sus 24 años, Rita Gómez escribe este artículo de opinión:
Artículo de Opinión | Rita Gómez
Terminados los días más importantes para un churriego, llega de golpe la tranquilidad y con ella un tiempo de reflexión para hacer balance de estos días.
Llevo ya algunos años cansada de escuchar en boca de gente mayor frases como “esto no es Carnaval”, “es un botellón disfrazaos”, “esta juventud no sabe lo que es el Carnaval”, “se ha perdido la máscara callejera”… entre otras muchas cosas. Y creo que están viendo un Carnaval diferente al que los jóvenes estamos viviendo.
Cierto es que el Carnaval a día de hoy no es como el de hace 30 años, igual que el de hace 30 no era igual que el de hace 50… y esto es así. Pero tampoco hay que negar que el Carnaval de Miguelturra mantiene al completo su esencia.
Este año me he llegado a emocionar al ver un lunes toda una calle a rebosar de máscaras callejeras, jóvenes que sin decirle nada ni a sus propios amigos se plantan con cuatro trapos un viernes de pregón para darle broma a todo el mundo y luego salir como si nada hubiera pasado, calles llenas un domingo desde las 12 de la mañana, gente agolpada alrededor de las charangas bailando y disfrutando de su música, un pueblo arropando el sábado a las nuevas Máscaras Mayores en su proclamación, concursos impulsados por peñas jóvenes que nos ayudan a mantener vivas las recetas más antiguas o un baile “de los de antes” lleno de jóvenes cantando y bailando pasodobles.
Y todo esto sería imposible sin la implicación de todos estos jóvenes “que no saben lo que es el Carnaval”. Principalmente, de las peñas que hacen que este Carnaval no pierda su esencia organizando concursos, carreras, comidas populares y otras tantas actividades que nos mantienen en la calle diariamente, así como las charangas llenando de música cada rincón y haciéndonos bailar hasta altas horas, sacrificando muchas veces varios días de su Carnaval por hacernos disfrutar al resto del pueblo.
Y, por supuesto, no voy a obviar ese botellón existente. Porque todos hemos tenido una temporá de salir a las 11 y recogerte a las 12:30, pero en un par de años se te pasa la tontería y empiezas a descubrir el Carnaval de día. Y al año siguiente bajas a las 5 de la tarde. Y al siguiente ya bajas a comer. Y ya no hay quien te pare. Ahí también juegan un papel muy grande los padres y madres que son los responsables de inculcarnos esta tradición desde pequeños. Pero no le digas a un forastero que se venga el domingo a las 10 a desayunar chocolate con Los Maltrataos, a comer con Los Rocheros y a un encuentro de máscaras callejeras. Igual que a mí no me digas que vamos a procesionar un sábado de verano en las fiestas de cualquier otro pueblo. Claro que somos jóvenes y vamos a la fiesta.
Ahora, ¿acaso bajaban hace 30 años a beberse una botella de agua aquellas máscaras y a recogerse tempranico? ¿O más bien bajaban con una nevera llena de vino y cerveza, un jamón y se pasaban horas en la calle terminando en el baile hasta altas horas?
¡Vamos a disfrutar de lo nuestro! De las máscaras, la fruta en sartén, las actividades programadas por gente que se deja los días organizando todo. Vamos a disfrutar de nuestras costumbres y tradiciones y vamos a hacer todo lo posible porque todo esto siga vivo y no se pierda, dejando de lado diferencias y discrepancias.
Tienes toda la razón. Gracias a todos vosotros por seguir con este carnaval. Si no todo esto que hemos vivido estos días no hubiera sido posible porque la gente esa que dice que ya no es lo mismo son aquella a la que antes salía pero ahora no
Bravo bravo y bravo Rita!!!!!