El CD Miguelturreño sigue celebrando su 50 aniversario, un año especial en el que el club está desarrollando diferentes actos conmemorativos. En el mes de enero, se presentó el programa de actividades que marcará esta efeméride, y en febrero se vivió un momento muy emotivo con la presentación del himno conmemorativo, una obra del compositor José Vicente Romero. Ahora, en marzo, ha llegado el turno de la reflexión con la conferencia ‘El valor del modesto’, impartida el pasado miércoles 19 por Antonio Sánchez-Migallón, CEO de OYE: Oportunidades y Estrategias. Una charla que tuvo lugar en la Taberna Aquilice.

Durante la charla, Sánchez-Migallón analizó los engranajes que hacen funcionar el fútbol modesto: la directiva, el cuerpo técnico, los jugadores y la afición. “El trabajo en equipo, el trabajo común, es esencial”, destacó, poniendo en valor el esfuerzo conjunto que sostiene a los clubes.

Más allá de los resultados deportivos, el ponente subrayó que “el fútbol modesto da muchas satisfacciones” ya que “no sólo es ganar”. ”El deporte, en la sociedad, genera un impacto positivo”, manifestó. En este sentido, insistió en la importancia de que quienes forman parte de estos equipos presuman de su fútbol modesto y lo pongan en valor.

Sánchez-Migallón hizo hincapié en que el talento no depende únicamente de los logros, sino de la identidad y los valores: “El talento no se desarrolla por lo que conseguimos, sino por lo que somos”. Además, destacó que el valor del fútbol modesto “está en hacer las cosas sin recursos”, superando dificultades para alcanzar grandes objetivos.

Uno de los aspectos más relevantes que abordó fue el sentido de pertenencia, clave para la supervivencia de los clubes. “Mi padre, mi novia, mi casa… y mi equipo de fútbol. El fútbol modesto necesita pertenencia”, afirmó. Sin embargo, reconoció que cada vez cuesta más conseguir apoyo, tanto de aficionados como de empresarios que inviertan en los equipos.

En cuanto a los retos del fútbol modesto, Sánchez-Migallón señaló la necesidad de buscar recursos para crecer y aprovechar la visibilidad en redes sociales para proyectar una buena imagen. “El fútbol modesto no es solo cuestión de ganar. Tenemos que ser un equipo, ser solidarios, dar una buena imagen, estar unidos… Si no, esto no tiene sentido por muchas victorias que consigamos”, explicó.

Como conclusión, dejó una reflexión optimista sobre el futuro de este tipo de fútbol: “Si nosotros construimos el fútbol modesto, algún día seremos menos modestos”, defendiendo la idea de que el impacto de estos clubes no depende de la categoría en la que jueguen, sino de su capacidad para generar identidad y cohesión.

Finalmente, lanzó un mensaje claro y rotundo: “El fútbol modesto no debe desaparecer, porque cohesiona y apuesta por la gente joven”. Un cierre perfecto para una charla inspiradora que, sin duda, dejó huella en los asistentes.