Las Jornadas de Prevención del Suicidio y Conductas Autolíticas, promovidas por el Partido Socialista de Miguelturra a través del Consejo Municipal de Salud, continuaron en la tarde de este miércoles 25 de octubre. Lo hicieron con la charla de José Luis Fortes, médico especialista en psiquiatría y coordinador del Centro de Salud de Miguelturra, que habló de esta problemática ante las enfermedades y en los colectivos vulnerables. Esta tercera charla, a la que acudió alrededor de medio centenar de personas, volvió a celebrarse en la Casa de la Cultura, como ya ocurriera con la primera de ellas, que tuvo lugar el pasado 25 de septiembre y que se enfocó en la población infantojuvenil y las familias a través de la experiencia de la orientadora del IES Campo de Calatrava de Miguelturra, Sonia Camacho; así como la segunda de las charlas, que se celebró el 9 de octubre, estuvo impartida por Óscar Martín-Romo, presidente y fundador de la Asociación APISYS CLM y se centró en la población adulta.
En esta ocasión, José Luis Fortes habló de la ansiedad y la depresión, de cómo ambos «son temas de suma importancia» que «nos afectan a todos». Y es que «vivimos en la sociedad de las prisas y de la exigencia», lo que nos hace «que estemos siempre en alerta permanente» y que vivamos «muy estresados». «Es raro que la depresión no vaya con ansiedad y que la ansiedad no vaya con un cuadro depresivo. Son patologías muy unidas y que hay que tratar también de manera conjunta», manifiesta.
El doctor habló de la falta de tolerancia ante la frustración. «No toleramos la frustración, llevamos muy mal que no salgan las cosas como queremos», explica. Y es que «damos mucha importancia a pequeñas cosas, a detalles insignificantes que nos ocupan mucho espacio de tiempo». Además, «en general, somos muy catastrofistas», añade.
Sobre la depresión, Fortes indica que «es una enfermedad frecuente y existe tratamiento eficaz». «La depresión es una enfermedad que si no se trata es muy grave. Un 20% sufre depresión crónica. Hay que tener en cuenta que la recuperación es la regla y no la excepción. La mayoría se curan sin secuelas», comenta. El psiquiatra continuó exponiendo que «el paciente no tiene la culpa de lo que le pasa; no es un castigo que se merece, ni un signo de debilidad de carácter, ni es dejadez o pereza». «La actitud más recomendable es animarle a afrontar el pesimismo y la autocrítica negativa y a no actuar bajo ideas pesimistas», explica.
Fortes explica que las personas «tendemos a anticipar y pensar en el futuro y nos anclamos en el pasado». Pero «lo que más ansiedad nos genera es la incertidumbre» y cuando anticipamos a lo que va a ocurrir y pensamos lo peor «vivimos en esa incertidumbre». Igualmente, «lo que hicimos hace cinco días ya no podemos cambiarlo». «Tenemos que aprender a vivir el presente», afirma.
Con respecto a los datos referente al suicidio, como ya se ha comentado en anteriores charlas, Fortes indicó que los intentos de suicidio son más frecuentes en las mujeres pero son más hombres los que lo consuman. El médico psiquiatra expuso que uno de los factores de mayor interés es la exploración del entorno, especialmente conocer si ha comunicado a alguien su intención de suicidarse. Y es que, según Shneidhan, en el 80% de los suicidios consumados hubo una comunicación previa. Por su parte, Fawcett habla de un 50% y un 70%. Además, añade que los pacientes de alto riesgo se lo decían a alguien muy importante para ellos, mientras que los de riesgo leve o moderado lo ponen en conocimiento de otros miembros de la familia o de los médicos. José Luis Fortes afirmó con rotundidad que el suicidio representa «un grave problema de salud pública».
El doctor también quiso desmentir algunos mitos, como que todas las personas que hablan del suicidio al final no lo hacen o que si lo hacen es «para llamar la atención». Tampoco se debe asociar el suicidio a la locura, a pesar de que en determinadas enfermedades como la esquizofrenia se den índices más altos de suicidios. Tampoco debemos creer que después de un intento de suicidio ya no hay riesgo, puesto que depende de cada caso. Y no se debe adoptar una actitud moralizadora.
El coordinador del Centro de Salud de Miguelturra habló también de los llamados ‘supervivientes’: los familiares, amigos, compañeros o profesores de una persona que se ha suicidado. Y es que por cada persona que se suicida se ven afectadas entre seis y diez personas más. Se trata de un proceso de duelo «diferente y más doloroso, al tratarse de una muerte sin adiós», siendo además una muerte «de gran impacto familiar y social, cargada de preguntas sin respuesta».
La charla finalizó con la intervención del público asistente, que planteó diferentes preguntas así como varios debates. Entre ellos, se resaltó la importancia del apoyo psicológico y psiquiátrico en los enfermos oncológicos, sobre todo en el momento del diagnóstico. También se comentó la necesidad de crear una asociación de personas con depresión, que sirva como red de apoyo.