La Diócesis de Ciudad Real despidió al obispo don Gerardo Melgar en un acto lleno de agradecimiento

Este martes, 23 de septiembre, la catedral de Santa María del Prado se llenó para la misa de acción de gracias con la que la diócesis de Ciudad Real despidió a su obispo, monseñor Gerardo Melgar Viciosa, al término de casi diez años de ministerio episcopal.

La celebración, presidida por don Gerardo, contó con la participación de la mayoría del presbiterio diocesano, sacerdotes religiosos y todos los seminaristas. Además, estuvieron presentes autoridades civiles y militares, entre ellas el alcalde de Ciudad Real y concejales del ayuntamiento, representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como don Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria.

La misa estuvo acompañada musicalmente por la Coral Diocesana de Ciudad Real. También participó el obispo de Albacete, monseñor Ángel Román, que quiso acompañar a don Gerardo en este momento especial.

«Han sido estos nueve años y medio de entrega«

En la homilía, monseñor Melgar compartió los sentimientos que lo acompañan en este paso a la condición de emérito: «Al término de esta etapa de mi ministerio episcopal en esta diócesis de Ciudad Real y el comienzo de esta otra como obispo emérito, experimento algunos sentimientos que quiero compartir con todos vosotros. Un sentimiento de satisfacción y alegría por todo cuanto he tenido la suerte de vivir en estos casi diez años al servicio del ministerio episcopal entre vosotros y con vosotros».

El obispo reconoció luces y sombras de estos años de servicio: «Han sido estos nueve años y medio de entrega, de generosidad, de ilusión episcopal, que me han enriquecido espiritual, humana y ministerialmente. Diez años de trabajo intenso en los que ha habido momentos de todo. Unos momentos de alegría, de gozo y esperanza; otros de dificultades y problemas que me hacían ser consciente de mi pobreza personal y de la necesidad que tenía de Dios para seguir adelante».

Don Gerardo evocó la misión que ha intentado vivir: «Unas veces ir delante del rebaño, señalando el camino; otras estar en medio, compartiendo preocupaciones y problemas; y otras ir al final, para animar a los rezagados y dar aliento a los cansados y afligidos».

«Te basta mi gracia»

El obispo recordó que el lema de su episcopado ha sido la expresión paulina ‘Te basta mi gracia‘. «Esta respuesta de Cristo a Pablo es la que yo elegí como lema de mi episcopado, y lo he tenido muy en cuenta y presente en todo momento y en todo mi ministerio. Han sido muchas las veces en las que a lo largo de mi ministerio episcopal he tenido presente la fuerza de estas palabras de Cristo. Y esta fuerza ha sido la que me ha permitido estar cada día más convencido de que era la gracia de Cristo la que estaba presente en mi ministerio».

«Ha sido el Señor y la acción de su fuerza divina las que han hecho prácticamente todo, y la que me ha hecho sentir que sin Él no hubiera sido capaz de hacer nada», añadió. «Gracias —continuó— porque, a pesar de mis flaquezas y de mis debilidades, Cristo se fio de mí y me confió este ministerio».

Acción de gracias y petición de perdón

El obispo dio las gracias al Señor y a la diócesis pidiendo que «os unáis a esta intención de agradecerle al Señor todo cuanto he recibido de Él, que ha sido tanto y tan valioso».

Al mismo tiempo, pidió «perdón a todos cuantos he podido defraudar y por todo aquello que no haya sabido responder como esperabais. Perdón por los fallos y defectos y por todas las ocasiones en las que me haya dejado llevar de mis actitudes negativas».

Al final de la homilía, don Gerardo se dirigió a toda la comunidad diocesana: «Gracias a todos por vuestro compromiso, vuestra generosidad y vuestra respuesta positiva como sacerdotes, religiosos, laicos, jóvenes, familias y adultos. Porque lo que durante estos casi diez años hemos ido logrando ha sido obra y fruto de la colaboración de todos y cada uno de nosotros».

Mirando al futuro invitó a todos a seguir colaborando en la misión evangelizadora: «La tarea que tenemos por delante sigue siendo mucha y muy importante, y el Señor sigue llamándonos y diciéndonos que todos somos necesarios, porque la mies es mucha y los obreros pocos. Que colaboréis con el nuevo obispo don Abilio lo mismo que lo habéis hecho conmigo y, juntos, logremos hacer de nuestra diócesis de Ciudad Real una diócesis evangelizada y evangelizadora», concluyó.

El agradecimiento de la diócesis

En el momento de la acción de gracias, el vicario general, Jesús Córdoba Ortega, se dirigió a toda la comunidad para «dibujar  en tres pinceladas el ministerio apostólico de don Gerardo en nuestra diócesis». En primer lugar, subrayó la propuesta de «la Iglesia en salida» con el ánimo de don Gerardo para que los sacerdotes visitaran las casas de las familias y trabajaran especialmente esta realidad. 

Como segunda «pincelada», el vicario habló de ir «de la casa a la convivencia», agradeciendo el trabajo del obispo con la convocatoria de encuentros: «Nos ha sacado a todos de convivencias organizadas y preparadas por usted mismo: convivencias sacerdotales, de curas jóvenes, de matrimonios, hermandades, de jóvenes cofrades, vocacionales». 

La tercera pincelada la tituló ‘Entre la casa y la convivencia, transcurre la vida cotidiana’. En este punto destacó algunos acentos que ha propuesto don Gerardo durante estos años: la evangelización, la familia, su preocupación por el Seminario, la promoción de las vocaciones sacerdotales, la necesidad de la formación de las hermandades o el diálogo personal con los sacerdotes. Subrayó la construcción de la casa sacerdotal para «el descanso y retiro de los sacerdotes mayores y enfermos». 

Por último, Jesús Córdoba explicó el trabajo por la devoción a Santo Tomás de Villanueva, patrón de la diócesis, que ha hecho don Gerardo durante estos años. Por este motivo, el regalo que se le hizo fue una imagen del santo «para que, rezando ante él, pida por esta diócesis, por nuestros sacerdotes, por nuestras familias y por el seminario menor y mayor», dijo el vicario.

Al concluir la misa, a los pies del presbiterio, las autoridades y numerosos fieles quisieron saludar personalmente a don Gerardo, expresando así el afecto y el reconocimiento por sus años de servicio como pastor de Ciudad Real.

La diócesis se prepara ahora para acoger a su nuevo obispo, monseñor Abilio Martínez Varea, cuya toma de posesión tendrá lugar el próximo sábado 27 de septiembre a las 11h en la catedral de Ciudad Real.

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