Este lunes 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres. Un día al que, un año más, el Ayuntamiento de Miguelturra se ha sumado con diversos actos conmemorativos. Unos actos oficiales que han comenzado con la colocación de la pancarta contra la violencia de género en el balcón del ayuntamiento. Representantes de todos los grupos políticos que forman el Consistorio así como las trabajadoras del Centro de la Mujer y diferentes miembros de la sociedad han estado presentes.
Numerosos vecinos y vecinas se han sumado a este acto reivindicativo. De entre todos, destaca un grupo de mujeres usuarias de los servicios del Centro de Día, que han acudido a las puertas del Ayuntamiento con una pancarta en la que se podía leer ‘El Centro de Día contra la violencia contra la mujer’
Además, ya en las escaleras de acceso a las dependencias municipales, el alcalde de la localidad, Luis Ramón Mohíno, ha leído el manifiesto de este 25N. Un manifiesto difundido por la Federación Española de Municipios y Provincias.
Manifiesto
Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres. Conscientes de que la violencia que sufren las mujeres y las niñas, por el hecho de serlo, sigue siendo un problema estructural que atraviesa fronteras, culturas y circunstancias. Los ayuntamientos, diputaciones y cabildos, también los consejos insulares, nos unimos para reafirmar nuestro compromiso por la lucha por la igualdad y la dignidad. La erradicación de la violencia contra las mujeres es una de las tareas que nos corresponde a toda la sociedad como parte de un esfuerzo colectivo para transformar las estructuras que perpetúan el machismo y la desigualdad, evitando caer en los discursos negacionistas porque, a pesar de los desarrollos legislativos de España, aún queda mucho por hacer.
Es imprescindible que toda la sociedad se una en una condena contra la violencia machista en todas sus manifestaciones y que trabajemos colectivamente para construir un futuro en el que ninguna mujer viva con miedo. Sólo con el compromiso activo de todas y todos podremos erradicar este fenómeno estructural. Desde el año 2003, en España, más de 1.279 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas. Y en lo que llevamos de año la escalofriante cifra de 24 menores se han quedado huérfanas y huérfanos.
A esta tragedia, debemos sumar las innumerables violencias cotidianas que permanecen muchas veces invisibles y silenciadas. La violencia económica, que priva a las mujeres de una propia independencia. La violencia vicaria, donde los hijos e hijas son utilizados como instrumentos de sufrimiento. La violencia digital, que se manifiesta en amenazas, acoso y chantaje en un entorno virtual. La trata de mujeres y de niñas con fines de explotación sexual, una de las formas más crueles de esclavitud contemporánea. No podemos olvidar tampoco el uso de la sumisión química, una práctica deplorable que convierte a las víctimas en objetos sin voluntad para ser violentadas impunemente.
Tampoco podemos ignorar las formas extremas de violencia que se agravan en los contextos de guerra y conflicto armado, donde mujeres y niñas son utilizadas como armas de guerra sufriendo violaciones, abusos y esclavitud sexual. Crímenes que con demasiada frecuencia quedan impunes. Estas atrocidades nos exigen reforzar nuestro compromiso con la defensa de los Derechos Humanos en todas las partes del mundo. En un día como hoy, queremos recordar especialmente a las mujeres y niñas de Afganistán, a quienes las nuevas leyes del régimen talibán han privado de más libertad, recluyéndolas en sus hogares sin acceso a la educación, al trabajo ni a la vida pública. Esta regresión en los derechos es un doloroso recordatorio de que la lucha por la igualdad y la justicia no puede cesar, y que la comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para asegurar que los derechos de las mujeres no sean socavados ni silenciados en ninguna parte del mundo.
Este año nos congratulamos de un avance crucial en el ámbito europeo. La Directiva 2024/1384 del Parlamento Europeo y del Consejo del 14 de mayo de 2024 sobre la lucha contra la violencia hacia las mujeres y la violencia doméstica. Es una norma que marca un hito en la protección de los derechos de las mujeres estableciendo medidas para combatir la violencia de género y garantizar el acceso a la justicia y a la protección de las víctimas. Y obliga a los estados miembros a adoptar medidas que fortalezcan los servicios de apoyo, aseguren la adecuada respuesta penal mediante la tipificación de nuevos delitos como el ciberacoso, y que promuevan la cooperación transfronteriza asegurando que ninguna mujer quede desprotegida en las fronteras internacionales.
Por este motivo, instamos la Gobierno de España a proceder cuanto antes a la transposición de esta directiva de ordenamiento jurídico nacional con el fin de garantizar que las víctimas de violencia de género reciban toda la atención y protección necesarias de acuerdo con los estándares europeos. Esta implementación es fundamental para asegurar la plena efectividad de los derechos reconocidos a las víctimas en el ámbito comunitario, consolidando así el marco normativo que refuerza su protección y su asistencia integral en el territorio español.
Los ayuntamientos, a través de la FEMP, nos comprometemos a seguir mejorando la coordinación entre las diferentes instituciones implicadas en la lucha contra la violencia de género para asegurar que las víctimas reciban el apoyo integral que necesitan para superar la violencia sufrida. Asimismo, instamos a todas las administraciones competentes a redoblar esfuerzos en la formación continua a los profesionales que intervienen en la atención a las víctimas con el fin de garantizar una respuesta especializada y de calidad que cubra todas sus necesidades desde un enfoque integral y multidisciplinar.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a todas las entidades locales para adherirse a esta declaración y sumarse a este esfuerzo conjunto por una sociedad más justa, libre de violencia y verdaderamente igualitaria. Hoy más que nunca es nuestra responsabilidad denunciar públicamente todas las formas de violencia contra la mujer, para que el silencio y la complicidad no tengan cabida en nuestra sociedad. Es hora de que la vergüenza recaiga donde debe estar, en quien ejerce la violencia y no en quienes la sufren.