La Plaza de la Constitución y el entorno de la parroquia volvieron a llenarse de vida, tradición y espíritu navideño en la tarde de este sábado, 27 de diciembre, con la celebración de la décima edición de ‘Y nació en Belén…’, el Belén Viviente que cada año organiza la Hermandad del Santísimo Cristo de la Piedad. Una cita ya plenamente consolidada en el calendario navideño de Miguelturra, que volvió a congregar a numerosos vecinos y visitantes en una representación en la que participaron cerca de un centenar de figurantes. En concreto, la hermandad cifra en más de 2.600 el número de personas que han visitado este año el Belén Viviente, superando con creces la cifra del año anterior, que estuvo por encima de los dos millares de personas.
El alcalde de Miguelturra, Luis Ramón Mohíno, aprovechaba los primeros instantes de la tarde para visitar este Belén Viviente y sobrar que esta actividad es sin duda “un momento fundamental en nuestra Navidad”, destacando su crecimiento constante tanto en participación como en afluencia de público. “Cada año más personas colaboran y se baten récords de visitantes; varias miles de personas pasan todas las jornadas en las que se desarrolla este evento”, señaló Mohíno, quien quiso agradecer expresamente el trabajo de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Piedad, de los figurantes, de las personas colaboradoras y de los dispositivos municipales.
En este sentido, el alcalde puso en valor la colaboración entre el Ayuntamiento y el tejido asociativo, destacando que iniciativas como esta contribuyen a dinamizar la Navidad y a convertir Miguelturra en un municipio atractivo desde el punto de vista cultural y lúdico. “Es fundamental ir de la mano del asociacionismo, en este caso de hermandades como el Cristo de la Piedad, para facilitar iniciativas como esta”, afirmó.

Mohíno aprovechó además para lanzar un mensaje tanto a visitantes como a vecinos: “A los visitantes les decimos que vengan a Miguelturra porque van a disfrutar; y a la gente del pueblo, que salga a la calle y disfrute, especialmente pensando en los más pequeños”, destacando la amplia programación navideña pensada para todas las edades y el impacto positivo que supone para la localidad.
Por su parte, la hermana mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Piedad, Ana de Toro, explicó que la hermandad cuenta con casi 500 hermanos, de los cuales alrededor de 90 participan como figurantes en esta edición, junto a personas cercanas a la cofradía que colaboran año tras año. “Antes incluso de empezar ya había una fila considerable de gente esperando para entrar, lo que nos llena de satisfacción”, señaló, mostrando su deseo de que todo transcurriera con normalidad y sin incidentes.

La hermana mayor destacó el importante trabajo previo de montaje, iniciado desde primera hora de la mañana, y se mostró confiada en que el público disfrute de una actividad preparada con mucho esfuerzo e ilusión. Entre las novedades de este décimo aniversario, destacó una zona dedicada a los niños, donde elaboran mosaicos y cenefas, así como una escena en la cantera, con jóvenes picando piedra como se hacía antiguamente.
De Toro realizó también un balance de la evolución del Belén Viviente a lo largo de estos diez años, recordando que la primera edición fue muy modesta, con pocas escenas, y que el éxito llevó a duplicar prácticamente los espacios representados en ediciones posteriores. Aunque el entorno es limitado, explicó que cada año se renuevan y varían las escenas, manteniendo la calidad y el atractivo de la representación.

Como gesto de hospitalidad, desde la hermandad se volvió a ofrecer comida caliente a los visitantes, con caldo, castañas, rosquillas y chocolate en distintos puntos del recorrido. “Entre todos hacemos la tarde más agradable y celebramos la Navidad, que es lo más importante: el nacimiento de Cristo”, concluyó Ana de Toro.
La representación de la décima edición del Belén Viviente concluyó pasadas las 21h con la llegada de los Reyes Magos a los sones de la Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Piedad, la banda de la hermandad, que un año más puso sus acordes para cerrar por todo lo alto uno de los días más señalados en el calendario navideño de Miguelturra.

