Llegó mayo y volvieron las tradicionales Cruces a nuestra localidad. Una actividad que el año pasado no pudo llevarse a cabo debido al confinamiento, pero que este año las hermandades han retomado con ilusiones renovadas.
De esta manera, los mayores de las dos residencias de Miguelturra visitaron la Cruz de Mayo de la Hermandad del Cristo de la Piedad. Una actividad que la propia cofradía lleva organizando muchos años. Esta salida es de las primeras que realizan los usuarios y usuarias de las residencias desde que comenzó la pandemia. Un hecho muy relevante, pues conforme avanza la vacunación se van retomando las numerosas actividades que se llevaban a cabo antes de la llegada del coronavirus.

Así, muchos de los mayores vinieron acompañados de sus familiares. Personal de las residencias y miembros de la propia hermandad también ayudaron a que los usuarios y usuarias, que previamente se habían apuntado de forma voluntaria a dicha actividad, pudieran visitar esta Cruz de Mayo en pequeños grupos. Pero además, hicieron una visita por la Parroquia, y contemplaron también la Cruz de la Hermandad de la Soledad, situada en la Plaza de España.
En años anteriores, la Hermandad aprovechaba la ocasión para invitar a merendar a las personas de las residencias que visitaban su Cruz de Mayo a través de esta actividad que la propia cofradía organizaba. Y es que el Cristo de la Piedad trabaja desde hace muchos años para que nuestros mayores continúen disfrutando de Miguelturra y de sus tradiciones. Incluso, la cofradía trasladaba a los mayores de las residencias en sus coches hasta la Cruz de Mayo en estas fechas, hecho que se repetía cada año en la misa a los enfermos que organizaba la Hermandad.
Una mañana diferente, en la que los mayores de las residencias de Miguelturra pudieron disfrutar de las Cruces de Mayo y retomar actividades que, con la llegada pandemia, no podían llevarse a cabo hasta ahora.