La Asociación Educativa para el Sáhara ‘Mualim’ es un colectivo comprometido con la ayuda y visibilidad de la situación que atraviesan los campamentos de refugiados saharauis. Esta asociación, fundada hace dos años, trabaja de forma solidaria para enviar recursos a todas las familias con el objetivo de que tengan, como mínimo, una vida digna. Pese a su poco tiempo en funcionamiento ya han conseguido grandes pasos y congregan a la causa a cientos de personas de la provincia de Ciudad Real.
Mualim ha enviado recientemente un paquete de 400 kilos de material escolar para todos los niños y niñas de siete colegios, dos institutos y un centro de educación especial, situados en el Aiaun y la guardería de Amgala. Bolígrafos, lápices, cuadernos, gomas, sacapuntas, plastilinas y pinturas forman parte de la gran donación que ha promovido esta asociación y que muy pronto podrán disfrutar muchos estudiantes. También han enviado ropa deportiva al tener conocimiento de que los niños y niñas han creado un equipo deportivo.
Para recaudar casi media tonelada de material ha sido necesaria la colaboración de numerosos colegios de la provincia de Ciudad Real. Pese a que esta asociación tiene una organización impecable con numerosos coordinadores, son muchas personas que se han sumado para realizar gestiones de recogida, reparto y distribución. Personas que colaboran periódicamente, estudiantes y familiares, que han sumado fuerzas para hacer posible este reparto. Los colegios de decenas de pueblos de la provincia no han dudado en colaborar.
Mualim nace de la mano de un grupo de estudiantes de la Facultad de Educación de la UCLM en Ciudad Real, quienes, tras regresar de sus prácticas en el Sáhara, no dudaron ni un momento en fundar un colectivo de esta categoría. Karen Fernández, coordinadora de la asociación y vecina de Miguelturra, explica que “fuimos a hacer prácticas al Sáhara y tras regresar tuvimos claro que teníamos que hacer algo tras vivir de primera mano la situación que se atraviesa”.
No están siendo tiempos fáciles para Mualim al no poder ayudar en primera persona a todas la población que vive en los campamentos de refugiados saharauis. Ya no solo por la pandemia provocada por el coronavirus y las restricciones de movilidad, sino también por asuntos políticos, que impiden que estas personas marchen hacia el Sáhara para tenderles la mano y sacarles millones de sonrisas a cientos de personas.
Karen Fernández explica que “queremos volver cuanto antes, pero la situación nos lo impide. No obstante, desde aquí trabajamos un número muy grande de personas para seguir ayudando. Todos vivimos con la incertidumbre de si podemos volver allí o no. Mientras tanto, seguimos comprometidos por darles a cientos de niños y niñas una educación digna”.

Esta joven churriega, trabajadora incansable en alertar de la complicada situación que se vive en estos campamentos, subraya que Mualim “trabaja para dar visibilidad a la causa saharaui con un Sáhara libre. Una situación que apenas se conoce en el primer mundo, pero que es una realidad. Nosotros seguimos luchando por todos ellos”. Fernández resalta que “tenemos muchas ganas de volver a retomar el proyecto de prácticas para que cientos de alumnos y docentes puedan descubrir y vivir de primera mano cómo es la situación”, y es que desde hace dos años no se han podido realizar estos traslados temporales de estudiantes de Educación del Campus Universitario de la UCLM en Ciudad Real.
A la atención de este diario, Karen Fernández exclama que “ojalá la gente del primer mundo pudiera estar al menos una vez en la vida en los campamentos de refugiados para descubrir cuál es la situación”. Al mismo tiempo, esta joven churriega expresa que “todos los que estamos en la asociación tenemos la marca de haber estado allí”. Y serán muchos más próximamente porque Mualim seguirá trabajando para que se retomen los desplazamientos.
Sin duda, una asociación que da voz a aquellas personas que más lo necesitan y que no tienen ninguna forma de hacerlo. Conceden oportunidades a familias que, por sí solas, no pueden tenerlas y que no disfrutan de recursos tan imprescindibles en la vida como ropa, material escolar o comida. Muliam sigue y seguirá comprometido con los campamentos de refugiados del Sáhara mientras el primer mundo sigue mirando hacia otro lado.
