Ángela Mohíno Toulet y Paco Angulo Sánchez son este año los Churriegos Ejemplares. Una distinción que el Ayuntamiento de Miguelturra entrega en el marco de las Ferias y Fiestas en honor a la Virgen de la Estrella. Dos personas que, lejos de buscar protagonismo, insiste en que este reconocimiento es compartido con todas las familias de acogida de la localidad.
“Nosotros somos la cara visible, pero el mérito es de todas las familias”
Durante la presentación oficial, la concejala de Cultura y Festejos, Carmen María Mohíno, destacó que la elección de Paco y Ángela “más allá de sus cualidades personales de conciencia social y voluntariado, busca poner en valor la generosa labor de las familias de acogida”. Un mensaje que los Churriegos Ejemplares 2025 recogen con humildad: “Nosotros somos la cara visible, pero en el fondo los protagonistas son las familias de acogida. Esta distinción está compartida con todas las familias que fueron, que son y que serán en un futuro, que ojalá sean muchas”, expresa Ángela.
Ambos confiesan que la noticia les pilló por sorpresa: “No nos lo esperábamos y al principio nos costó aceptar, pero finalmente lo hicimos porque entendimos que representábamos a todas esas familias. Además, lo vivimos con mucha alegría y satisfacción”, añade Paco.
Ambos se muestran sorprendidos por las muestras de cariño recibidas en los últimos días: felicitaciones de amigos, de vecinos e incluso de gente que no conocían.
¿Qué significa ser familia de acogida?
Ángela lo explica con claridad: “El acogimiento familiar es una medida de protección a la infancia, recogida en la Ley del Menor. Consiste en dar cobijo, cariño y un hogar a aquellos menores que, por diversas circunstancias, no pueden convivir con sus familias biológicas”.
Paco detalla las distintas modalidades: “Está el de urgencias, que puede llegar a cualquier hora. El temporal, con un máximo de dos años. El permanente, hasta que el menor cumpla los 18 años. Y luego el de fines de semana o vacaciones, que supone acompañar a niños que viven en centros”.
Ambos insisten en que el acogimiento no es lo mismo que la adopción, sino un programa diferente con un objetivo claro: ofrecer un entorno seguro y estable a los menores en riesgo.
Una década al servicio de la infancia
Tanto Paco como Ángela llevan más de diez años como familias de acogida. Una experiencia que describen como enriquecedora, aunque también llena de retos: “Ser familia de acogida es ser padre. No hay ninguna diferencia con los hijos biológicos. Les das lo mucho o lo poco que tienes, lo compartes todo”, comenta Ángela.
Los menores que llegan suelen hacerlo tras vivir situaciones difíciles: “Vienen con mochilas muy cargadas. Es un poco triste, no todo es de color de rosa”, señala Paco. El momento más duro, coinciden, es la despedida: “Es lo peor que llevo. Te encariñas, forman parte de tu familia, y aunque sabes que es lo mejor para ellos, duele”, confiesa Paco con emoción.
Miguelturra, pueblo solidario
Ángela destaca con orgullo que Miguelturra es uno de los pueblos con más familias de acogida en la región, con más de una decena.
Ambos creen que este reconocimiento puede servir de altavoz para seguir sensibilizando: “Si alguien se ha conmovido un poquito, que se anime y no se quede con la duda. Puede empezar siendo familia de referencia o acompañando a los niños en el hospital. Hay muchas formas de acercarse. Lo importante es dar el primer paso”, concluye Ángela.