La Asociación Española Contra el Cáncer explica que para prevenir el cáncer de piel, es importante recordar que la exposición a la radiación ultravioleta es el principal factor de riesgo de cáncer de piel. Por tanto, evitar un exceso de radiación UV podría reducir el riesgo de cáncer de piel. Es importante recordar que las lámparas solares y las cámaras de bronceado también emiten radiación UV. Por tanto, usar protector solar y evitar la exposición al sol durante tiempo prolongado puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de piel, especialmente en personas con pieles sensibles cuyo fototipo cutáneo es bajo.
Evitar la exposición solar y la aparición de quemaduras, sobre todo en los primeros años de vida.
- Usar protector solar antes de exponerse al sol adecuado al fototipo de piel, y aplicarlo de forma abundante y cuidadosa antes y durante la exposición al sol.
- Evitar estar al sol durante periodos prolongados y evitarlo especialmente en las horas centrales del día (entre las 12 horas y las 16 horas)
- Usar barreras frente a la radiación UV: ropas (camisas de manga larga, pantalones largos), sombreros y gafas cuando se esté al aire libre expuesto a las radiaciones solares.
- No exponerse a las camas o aparatos de bronceado. Y deben prohibirse en menores de 18 años.
Es muy importante el diagnóstico precoz del cáncer de piel, ya que es un órgano que podemos ver, y por tanto identificar los cambios o alteraciones que se presenten de forma fácil y sin necesidad de pruebas complejas o agresivas.
Además si se detecta de forma temprana un cáncer de piel (melanoma o carcinoma) cuando aún no se ha extendido o invadido en profundidad se podrá realizar un tratamiento más eficaz y menos agresivo.
Para ello se recomienda:
Realizar una revisión periódica de la piel por un dermatólogo
El médico examina la piel para determinar si tiene lunares, marcas de nacimiento o áreas pigmentadas cuyo color, tamaño o forma es anormal. También sirve para hacer un seguimiento de las mismas a lo largo del tiempo y así observar su evolución.
No se ha demostrado que los exámenes de la piel para detectar el cáncer de piel reduzcan el número de muertes por esta enfermedad.
Sin embargo esta revisión es especialmente importante en personas que ya han tenido cáncer de piel. Es fundamental informar al médico sobre cualquier cambio que se aprecie en la piel. El diagnóstico de cáncer de piel supone mayor probabilidad de padecer otro cáncer cutáneo, ya que posiblemente la persona tenga una piel más vulnerable al daño por las radiaciones UV. La dermatoscopia digital es una herramienta de ayuda para el diagnóstico precoz del cáncer de piel. Si el dermatólogo observa una lesión sospechosa es probable que solicite una biopsia. Se extirpa esa zona para que un patólogo observe ese tejido al microscopio para ver si hay células malignas cancerosas.
Realizar autoexploración de la piel de forma periódica
Es importante conocer las manchas o nevus de nuestra piel, para que cuando veamos algún cambio en alguna de ellas acudir a un dermatólogo para que valore si es necesario alguna prueba.
Ello debería ser necesario como rutina en personas con problemas de piel, y sobre todo para aquellos a los que su dermatólogo lo recomiende.
La regla del ABCDE nos puede ayudar a distinguir un lunar normal de un melanoma:
- A: Asimetría: que la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad.
- B: Bordes irregulares: bordes desiguales. Irregulares, borrosos o dentados.
- C: Color: varios colores diferentes en la lesión (los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro).
- D: Diámetro: cuando el lunar mide más de 6 milímetros o aumenta de tamaño (mayor de 6 mm.).
- E: Evolución: si el lunar experimenta cambios en cuanto a tamaño o forma.
Si durante la autoexploración encuentras una lesión, que te molesta o pica, que ha crecido o ha cambiado de aspecto y que presenta ulceración o costra que no se cura, es importante que acudas al dermatólogo, para que realice la exploración y las pruebas necesarias para determinar el diagnóstico definitivo y tratamiento adecuado (puede tratarse de un cáncer de piel o cualquier otra enfermedad que requiera tratamiento o control más riguroso)