Y como si de un cuento se tratara, en un abrir y cerrar de ojos, ya han pasado casi 10 años desde que ‘Cucutrás’ abrió sus puertas. Una década en la que infinidad de niños y niñas han dado sus primeros pasos, han cantado sus primeras canciones y han hecho sus primeros amigos gracias a este centro.

Situado a la entrada de Miguelturra -en la calle de la Siega 16-, ‘Cucutrás’ atiende cada día las necesidades de las familias con niños y niñas de entre 0 y 3 años. Al frente de este proyecto están María Teresa Escobar y Montse Ruiz que, tras coincidir en un trabajo anterior, decidieron embarcarse en este proyecto propio. “Queríamos hacer algo que fuera nuestro y en el que pudiéramos llevar a cabo nuestra forma de trabajar”, exponen. Y la gente respondió desde el principio. 

Así, la experiencia les avala en este nuevo curso. “Las ganas y la ilusión siguen intactas”, afirman con una sonrisa en la cara. Y es que llevan varias décadas dedicadas al servicio de los más pequeños por pura vocación.

Desde ‘Cucutrás’ se desarrolla un trabajo individualizado de cada niño, manteniendo informadas en cada momento a las familias. “Debido a su corta edad, nos adaptamos a las necesidades de cada niño en cuanto a alimentación, costumbres, rutinas… respetando el ritmo de desarrollo y aprendizaje de cada uno y siempre manteniendo un trato cercano con las familias”, explican. Y es que Teresa y Montse se involucran mucho en su trabajo e intentan darle la máxima confianza a las familias… y lo consiguen. “Buscamos que los niños estén bien aquí y no se quieran ir. Al final, las clases están adaptadas a ellos y no hay ningún peligro. Y les dedicamos todo el tiempo”, indican.

Asimismo, hay que destacar que ‘Juega y aprende’ no es sólo un lema en este centro. Y es que además de atender sus necesidades básicas, en ‘Cucutrás’ se aplica en cada etapa un aprendizaje adaptado a su edad en todo lo que engloba el desarrollo de los más pequeños: relación con los niños y su entorno, control de esfínteres, desarrollo psicomotriz, desarrollo del lenguaje, autonomía en la alimentación… todo ello siempre mediante el juego y celebrando cada logro. “Lo que pretendemos es que los niños adquieran los conocimientos deseados a través de juegos y actividades lúdicas adecuadas a su edad. En definitiva, aprender jugando”, afirman Teresa y Montse.

‘Cutrás’ dispone de aulas adecuadas a cada edad: 0-1 años, 1-2 años y 2-3 años; así como baños adaptados, además de un patio exterior, un aula de psicomotricidad y un despacho. Unas amplias instalaciones, perfectamente adaptadas, que cuentan con un mobiliario moderno y los materiales pedagógicos más avanzados, equipados para satisfacer todas las necesidades de los más pequeños. Además, disponen de servicio de catering, aunque las familias también pueden traer su comida de casa.

Al inicio de la mañana todos los niños se reúnen en un mismo aula para, posteriormente, dividirse por edades para poder trabajar de manera adecuada, adaptando sus rutinas: en el aula de los bebés hay colchonetas y descansan cada poco tiempo, los mayores tienen sillas y mesas apropiadas a su edad… pero todos los niños se conocen y se relacionan. “Y, si el tiempo acompaña, salimos al patio todos juntos ya que, al final, tienen que socializar con niños de otras edades. Se relacionan, hablan, juegan…”, exponen.

Además, durante el curso se celebran todas las fiestas que corresponden a cada época del año: Carnaval, Navidad… unas las actividades en las que se hace partícipes a las familias. Y es que hay un contacto directo con ellas diariamente.

‘Cucutrás’ abre sus puertas cada mañana a las 7:30h y su horario se extiende hasta las 15:30h. En esta franja horaria, las familias pueden elegir el horario que se adapte a sus necesidades con el fin de fomentar la conciliación de la vida laboral con la familiar.

De estas manera, ‘Cucutrás’ cumplirá 10 años con el deseo de seguir ofreciendo el mejor servicio a las familias y a los más preciado que tienen: sus hijos e hijas. “Estamos tan seguras de que los niños van a estar bien con nosotras que no tenemos duda de que somos la elección correcta”, afirman con el pudor y la prudencia suficiente como para saber que están diciendo la verdad.