Allá por diciembre de 2020, en plena pandemia, cuando en la cabeza de todos resonaban las palabras «contagios» y «positivos», en un rincón de Miguelturra la música clásica era la protagonista. Un pequeño local, casi oculto entre cocheras y portales, decorado con mucho mimo y presidido por un imponente piano de cola. Allí, en los momentos en los que (casi) nada se podía hacer y estar más de seis personas en una habitación estaba prohibido, la música y la gente conectaban.

De la mano de Joaquín González Arriaga surge Intermezzo Conciertos. Una sala que pretende «acercar la música que nosotros hacemos a la gente» con unos conciertos «un poco especiales». «No se busca el tradicional concierto en el que artista sale, toca, la gente aplaude, el artista se marcha y fin. Aquí se explica lo que se hace: se habla de los compositores, de las obras, de los instrumentos… y a la gente le resulta mucho más cercano y mucho más entretenido», expone Joaquín, músico miguelturreño. Además, «salas como estas hay muy poquitas en España, en las que puedas vivir tan de cerca este tipo de concierto, que te lo expliquen y que además te puedas tomar un refresco mientras disfrutas del concierto… no hay muchas oportunidades».

«Es una experiencia muy especial»

Una sala que es «fruto de la casualidad» ya que «en pandemia apenas podíamos tocar en ningún lado», por lo que Joaquín, que disponía de este espacio donde él tiene este piano para su estudio personal, pensó que «podía ser un buen sitio para hacer conciertos». En petit comité, «porque aquí cabe la gente que cabe», Joaquín González fue el encargado de realizar los primeros conciertos «cuando solo podían juntarse 5 o 6 personas». Ahora, alrededor de 25 personas asisten a cada actuación, disfrutando durante la misma de un refresco. Y es que esta «es una experiencia muy especial».

«Incluso aunque no seas un apasionado de la música clásica, la gente viene y lo disfruta. Y de hecho, lo bonito de este proyecto es que hay gente que se ha convertido en habitual. También hay gente que no repite, pero que al concierto que viene se alegra de haber venido, de haber conocido un poco más de cerca esto. Porque muchas veces la música clásica pensamos que no nos gusta porque no la conocemos, no la hemos vivido en directo y no nos la han explicado. Es lo que suele pasar», afirma Joaquín González Arriaga.

Una sala que invita a conectar con la música…

«Lo bonito de aquellos conciertos (los de la pandemia) en los que había muy poquita gente, era que a veces se daba pie a que durante las explicaciones del músico surgieran preguntas de los asistentes. Había una comunión entre la música y el público bastante interesante, más aún en un momento como aquel en el que valorábamos mucho cualquier actividad alternativa a lo que había, que ya parece muy lejano pero es que no se podía hacer prácticamente nada. Entonces, la gente que venía lo agradeció mucho. Y nosotros como músicos igual, porque no teníamos dónde tocar en aquellos momentos», expone el pianista.

Un feedback que «no siempre surge», pero la sala invita a ello. «Cuando termina el concierto, el público está prácticamente encima, es como si estuviesen ellos mismos tocando. Un gran auditorio es más espectacular pero estás muy lejos, aquí estás a dos metros del músico, lo vives muy de cerca. Por eso, cuando acaba el concierto muchas veces surgen charlas. Mucha gente no hay visto un piano de cerca nunca y se acercan, observan, preguntan cómo funciona… mucha gente le pregunta a los músicos sobre su trayectoria, su carrera, dónde se han formado, por qué han elegido esas obras… Surgen coloquios muy interesantes y muy poco habituales», comenta Joaquín.

La entrada es gratuita, solo se requiere invitación

Intermezzo Conciertos no es un negocio, es «una iniciativa que parte desde el altruismo», un espacio que Joaquín González cede «para que vengan músicos a tocar, aunque sí que el público se suele lanzar a colaborar con ellos económicamente, pero beneficio para la sala no hay». La entrada es gratuita, solo se requiere invitación. «Si la gente disfruta con la música y quiere entrar en contacto con los músicos y colaborar con ellos, lo pueden hacer de forma libre. Pero esto no es un negocio, no podemos cobrar entrada. La gente que viene son nuestros invitados», explica Joaquín González. La gente puede reservar a través de redes sociales (@intermezzoconciertos) o contactando vía WhatsApp (635195164).

El Dúo Bolt abre este sábado el Ciclo de Invierno

El primer concierto del Ciclo de Invierno será el sábado 4 de marzo y nos traerá en primicia al Dúo Bolt. La violista Elena del Río y la pianista Patricia Millet, quién regresa a nuestra sala casi un año después, alzarán el telón de Intermezzo Conciertos con un repertorio de gran atractivo para todas las audiencias, en una sesión para la que ya no quedan invitaciones. El Dúo tiene su origen en el Centro Superior Katarina Gurska, donde ambas intérpretes han sido formadas, y actúa por primera vez en nuestra provincia, aunque Patricia ya visitó Intermezzo en la temporada pasada con distinta formación.

En el epicentro de su concierto estarán presentes algunos de los ciclos de lieder más conocidos del Romanticismo, como «Winterreise» de Schubert o «Dichterliebe» y «Liederkreis op.24» de Schumann. En esta ocasión será la viola, y no la voz, quien tendrá que transmitir el contenido de los versos de las piezas seleccionadas de estas obras. El resto del recital también gira en torno a estos dos gigantes del siglo XIX. Con obras muy conocidas entre los aficionados y aficionadas a la clásica, como la «Sonata Arpeggione» de Schubert o las «Fantasiestücke op.73» de Schumann.

Se espera una catarata de sonoridad y un derroche de apasionamiento que nadie debería perderse.