¡Estamos de vuelta! ¿Qué tal las navidades? A estas alturas… ya es ilegal felicitar el año, ¿verdad? ¡Por lo menos debería serlo!
Después de unas semanas inflados a comer bien y mucho dulce, quizás lo que menos te apetezca es que venga yo con una receta de algo bien repleto de azúcares y grasas, pero estoy segura de que aún tienes media pastilla de turrón rondando por la cocina que no sabes qué hacer con ella y si de algo se caracteriza la cocina española es por el aprovechamiento y no tirar nada.
¿Que tenemos un poco de pan duro? Pues hacemos unas migas, un pan de calatrava o unas torrijas. Así que no va a ser menos con ese trozo de turrón que se muere de aburrimiento en el armario hasta agosto que te decides a tirarlo.
¡Vamos a rematar esos turrones con una mousse ligera, rica y muy fácil de hacer!
Han sido unas semanas de bastantes gastos, así que para la receta de hoy vamos a utilizar cinco ingredientes que seguro tienes por casa y en el caso de que no, son bastantes económicos.
INGREDIENTES (Para tres tarritos de yogur)
- 20 gramos de galleta
- 40 gramos de mantequilla
- 45 gramos de turrón blando
- 30 gramos de nata
- 1 hoja de gelatina
- 105 gramos de nata (que semi-montaremos)
- Almendras para decorar
ELABORACIÓN
Comenzaremos poniendo la gelatina a hidratar en agua bien fría y la reservaremos para más tarde.
Trituraremos las galletas y derretiremos la mantequilla, juntaremos ambos ingredientes y los pondremos en el fondo de los vasitos. Yo los presiono con un tapón de corcho. Los metemos en el frigorífico mientras hacemos la mousse.
Juntaremos el turrón y los 30 gramos de nata. Lo calentaremos al fuego o al microondas hasta que quede todo integrado.
Con la mezcla caliente, le añadiremos la gelatina hidratada y lo mezclaremos bien.
Semi-montaremos los 105 gramos de nata. Esto quiere decir que la batiremos con las varillas hasta que empiece a montar y quede una textura aireada, pero líquida.
Integraremos la nata semi-montada a la mezcla de turrón con movimientos envolventes y lo verteremos en los tarritos.
Los pondremos en el frigorífico hasta que la gelatina haga su efecto y quede firme.
Pondremos unas almendras por encima para decorar… ¡y a disfrutar!
La cantidad que os he dado es para tres tarritos, pero siempre podréis hacerlo en otro formato como un molde grande. En mi casa nos gusta hacer los postres individuales porque es mucho más fácil conservarlos e incluso congelarlos y comer cuando más nos apetezca.
Espero que os haya gustado esta receta de aprovechamiento después de las Navidades. Y, como siempre, sabéis que estamos deseando ver vuestras elaboraciones y, si os atrevéis, con alguna nueva propuesta.