Los colegios de Miguelturra han celebrado el Día del Árbol. Lo han hecho en las mañanas de este miércoles y jueves, 10 y 11 de abril respectivamente, con una novedad. Y es que en lugar de hacerlo en la sierra de San Isidro, este año las plantaciones se han llevado a cabo en diferentes parques urbanos de la localidad. Así, el miércoles fue el turno de los colegios Clara Campoamor, Santísimo Cristo de la Misericordia y Elena Maseras; mientras que este jueves han hecho lo propio El Pradillo, Benito Pérez Galdós y La Merced.
Así lo explicaba la concejal de Medio Ambiente, Pilar de la Torre. Una actividad que se hace con la colaboración de la Consejería de Desarrollo Sostenible, que cede las plantas de forma gratuita después de que el Ayuntamiento presente un proyecto correctamente justificado, con su respectiva unidad didáctica y metodología a seguir. El único requisito de este año, por parte de la Consejería, era que la plantación se llevara a cabo en zona urbana. «La suerte es que en Miguelturra tenemos unos parques maravillosos y amplios y que todo lo que sea plantar nuevas especies es enriquecer esos parques», expone la edil.
Casi 200 alumnos han participado en esta actividad, que en esta ocasión ha sido destinada únicamente a los más mayores de cada centro. «Queríamos que participaran todos los colegios. Es verdad que si hubiera sido en la sierra de San Isidro, como otros años, lo podríamos haber abierto a más niveles educativos. Pero este año lo ofrecimos a los colegios como una actividad destinada a los mayores, 5º o 6º de Primaria. ¿Por qué? Por el espacio principalmente. Porque al ser en núcleo urbano tenía que ser en parques. Y en los parques tenemos más limitado el espacio, cosa que no ocurre en la sierra de San Isidro», explica De la Torre.
Los escolares se han repartido «en los parques más cercanos a los colegios, para que no perdieran tantas clases, aunque a ellos les hubiera gustado perder la mañana entera», cuenta la concejala entre risas. El colegio Clara Campoamor realizó la plantación en el Parque Calatrava, mientras que María Elena Maseras y El Cristo lo hicieron en el Parque Quijote. Los colegios Pradillo, Benito Pérez Galdós y Merced han llevado a cabo esta plantación en el Parque Rivas Moreno.
Los alumnos reciben en primer lugar «una charla en la que se les explica lo que se va a hacer, para que no lo hagan porque sí, sino que sepan cuál es el procedimiento de la plantación, las especies que van a plantar y un poco del vocabulario más técnico de la actividad que van a realizar para que por lo menos se vayan con una idea general de lo que consiste esta plantación». Posteriormente se dividen en varios grupos. Unos comienzan plantando unas semillas y trasplantando las plantas desde sus macetas a la tierra del parque. Mientras que los otros grupos se divierten pintando o realizando otras actividades. Y viceversa.
Antonio Moreno, técnico de Medio Ambiente e Ingeniero Agrónomo del Ayuntamiento, explicaba que «cando se solicitó la donación de plantas por parte de la Junta, se planteaba que este año tenía que realizarse en zonas urbanas», ya que «habitualmente lo hacíamos en la sierra de San Isidro, que gracias a los años que llevamos realizando esta actividad, que harán casi 30 años, hemos reforestado más de media sierra de San Isidro», a pesar de que «hay zonas que estamos limitados por el suelo».
Sin embargo, «al cambiar el sistema nos tuvimos que amoldar a las zonas verdes en las que considerábamos, tanto Pilar como yo, que eran susceptibles de realizar las tareas de plantación con especies que se adapten a nuestra zona». Posteriormente, algunas serán recolocadas o transplantadas a otros lugares «para mantener los espacios vitales que necesitan cada una», explica Moreno. «Hay que tener en cuenta que son talleres para los niños, pero el fondo de la cuestión es que entiendan la importancia que tienen las zonas verdes y el arbolado. Que no tiene que ser todo hormigón, que tenemos que ir a un modelo de vida más avanzado», continúa.
Se han plantado plantas aromática, como lavanda y romero, además de encinas, coja, algún roble y arbustos, como durillo, teucrium «y algunas más que, quizás no son exactamente autóctonas, pero son muy afines», afirma el técnico.
Estas actividades son una manera perfecta de que los niños aprendan, se diviertan y valoren el medio ambiente. «Quiero dejar también patente el esfuerzo que estamos haciendo a través del área para fomentar todas estas actividades, ya que me parecen muy importantes, puesto que la formación debe empezar desde abajo. Es decir, los niños y niñas, cuando tengan 8 o 10 años, que ya sepan un poco los beneficios que nos traen todo este tipo de actividades», ha concluido Antonio Moreno.