​El alcalde de Miguelturra, Luis Ramón Mohíno, recibía en el Ayuntamiento en la mañana del pasado viernes al tubista Ángel Ocaña, tras haber participado en el concurso de tuba más prestigioso que se celebra a nivel mundial y que tuvo lugar en Jeju (Corea del Sur) en el mes de agosto. Ocaña ha sido el único español seleccionado hasta el momento en las 19 ediciones del concurso que se han celebrado a lo largo de la historia. Además, en este edición del concurso solamente han sido seleccionados 4 europeos, entre los que se encontraba el músico miguelturreño.

Tal y como indicaba en una entrevista a Radio Miguelturra el propio Ángel Ocaña, «el proceso de selección fue durísimo, a través de videos que tenía que enviar en cada fase, grabando obras que mandaban un día antes y que tenían que ser grabadas en una sola toma, sin cortes y con un tiempo máximo de interpretación». Para la selección, tuvo que pasar también una fase de entrevistas a través de internet en la que además juzgaban sus conocimientos sobre la tuba. 

Una vez seleccionado, y ya en Corea del Sur, Ocaña ha llegado hasta la fase de cuartos de final, obteniendo un meritorio 14º lugar entre los 58 participantes que fueron seleccionados para participar en la fase presencial en Jeju, por lo que se puede decir que, en este momento, es el 14º mejor tuba del mundo. Al quedar entre los 20 primeros, el miguelturreño ha obtenido la clasificación automática para el concurso de París, que se celebrará en enero de 2025; el de Porchia (Italia), que tendrá lugar en abril de 2025; y el de Chicago (EEUU), en este caso en el verano de 2025. 

En su encuentro con el alcalde, Ángel Ocaña manifestó su alegría e ilusión por la experiencia que ha vivido y el orgullo que ha supuesto para él y para toda su familia su participación en este prestigioso concurso, sobre todo tras haber superado alguna importante lesión y difíciles etapas en las que tuvo que dejar temporalmente la música.

Ocaña también destacó algunas anécdotas significativas en su viaje a Corea del Sur, como las barreras lingüísticas, las limitaciones en las telecomunicaciones o los ingentes gastos económicos que suponen este tipo de concursos, como los viajes. Aunque el alojamiento lo ha pagado la organización, los billetes de avión le han costado en torno a 3.500 euros, debido a que contaba con el agravante de que, al ser un instrumento tan grande, tuvo que adquirir un billete también para la tuba, además de su billete de avión. En este sentido, Ocaña demandaba que «cuando hay olimpiadas, mundiales de fútbol o cualquier otra competición deportiva, siempre hay ayudas por parte de los estamentos oficiales» pero, en este caso, y aún siendo el único español seleccionado en todas las ediciones celebradas de este prestigioso concurso, a día de hoy, no ha tenido ninguna ayuda.